“Cuando entres en la tierra que YHVH tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de aquellas naciones. No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, esto es, que sea sortílego o hechicero, ni encantador, ni médium o mago, ni evocador de muertos” (Deuteronomio 18:9-11). Tratar de conocer la voluntad de Dios por medio de prácticas incompatibles con las Escrituras, está estrictamente prohibido. El ocultismo sigue fascinando a la gente; su interés viene del deseo por conocer y controlar el futuro. Sin embargo, aunque Dios nos revela muchas cosas por medio de los profetas, él ha establecido límites. El ocultismo y la idolatría fueron las causas principales por la que Dios ordenó la aniquilación de los cananeos. Entrar en contacto con el ocultismo deja a las personas expuesta a las influencias satánicas y al contacto con poderes destructores. “A la hechicera no dejarás vivir” (Éxodo 22:18). Practicar el ocultismo es rebelarse en contra de Dios y de su autoridad y es además colaborar con Satanás y con sus propósitos. La hechicería es un medio demoníaco utilizado con el propósito de conocer los acontecimientos futuros. La hechicería presupone que existe un poder [fuera de Dio] que controla los eventos del mundo. Las personas que se dedican a practicar el ocultismo, no están satisfechas con la revelación de Dios por medio de las Escrituras. Pero rebajar la autoridad de la Palabra de Dios, negar la suficiencia de la revelación divina y asociarse con demonios para obtener un mayor conocimiento del futuro, es colocase bajo pena de muerte. Los que adoran a los demonios bajo el disfraz de la religión; realizando prácticas abominables e inmorales, se han colocado así mismo bajo maldición. En la actualidad tenemos muchos adivinos ministrando en los púlpitos de las iglesias y profetizando mentiras con el propósito de sacar provecho. “Entonces Saúl le juró por YHVH, diciendo: ¡Vive YHVH que ningún castigo te vendrá por este asunto!” (1 Samuel 28:10). Es increíble hasta qué grado podemos llegar a engañarnos a nosotros mismos y a racionalizar nuestros pecados. Saúl jura por YHVH ante una adivina. Este hombre estaba desesperado por conocer el futuro y como Dios no le respondió, buscó a una adivina para consultar a los muertos. Existe una gran controversia en relación a este pasaje pero en lugar de darle crédito a las actividades espiritistas o a la invocación de los espíritus de los muertos, este pasaje revela que Dios es el ser supremo. La adivina estaba aterrorizada, y Saúl paralizado por el miedo cuando el Dios vivo los rechazó. Para algunos Dios permitió que Samuel apareciera [en su condición de profeta] para anunciar el juicio de Dios sobre Saúl y la caída de su reino. Para otros el espíritu que aparece es un demonio que se personifica y toma la apariencia física del profeta Samuel. Dios le concedió a un espíritu de mentira inducir a Acab para que fuera a la batalla y muriera en ella porque así Dios lo había decretado. “… ¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera y otro de otra. Y se presentó un espíritu ante YHVH, y dijo: Yo lo induciré. Y le dijo YHVH: ¿De qué modo? Y respondió: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Él dijo: Ciertamente lo inducirás y prevalecerás. ¡Ve y hazlo! Y ahora, he aquí YHVH ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos, tus profetas, pues YHVH ha decretado el mal contra ti” (1 Reyes 22:20-23). Evitemos el mundo de los espíritus, y el engaño de nuestros deseos más profundos. Es preciso mantener una vigilancia constante y necesaria para poder discernir y no ser engañado. “Pero cierto varón de nombre Simón, había estado practicando magia en la ciudad y asombraba a la gente de Samaria, haciéndose pasar por alguien importante” (Hechos 8:9). En los días de la iglesia primitiva, los hechiceros y magos eran numerosos e influyentes. Hacían maravillas, efectuaban sanidades y exorcismos, y practicaban la astrología. Simón creyó que el cristianismo era esencialmente lo mismo que su magia, aunque más poderoso y pensó que podía comprar el poder del Espíritu Santo. Satanás utiliza numerosos medios para engañar y mantener a las personas bajo un velo de tinieblas. ¡Manténgase vigilante y no se deje engañar por el diablo ni participe de las prácticas del ocultismo! ¡Amén!
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