“Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo
hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; el cual había
sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con
Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia. Y
había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era húerfana; y
la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre
murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya”.
El verbo posicionar significa: colocar o situar a una persona o cosa en
una posición determinada. Ester y Mardoqueo fueron elevados por Dios a
posiciones de poder y privilegio como también otros judíos antes y después de
ellos. Mardoqueo había criado como a una hija a su prima huérfana Hadasa,
nombre hebreo, o Ester, nombre persa. Hadasa significa “mirto [arrayanes]”, el
profeta Isaías predijo que el “mirto [arrayanes]” sería una de las plantas usada
por Dios para transformar el desierto seco y árido en un oasis. “Daré en el
desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses,
pinos y bojes juntamente, para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan
todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó” (Isaías
41:19-20). Esta es una lección para todos nosotros, Dios realmente cuida de los
Suyos. Puesto que Dios cuidó de su pueblo en estos años tan difíciles, nos da
mucho consuelo saber que Dios está en control de nuestro destino; el Señor está
posicionando personas en todos los estamentos sociales y de poder para él
glorificarse. Podemos confiar en Dios, pedirle consejo y creer en él porque no
nos dejará ni nos desamparará. Él nos conoce, nos defiende, nos guiará y nos
redimirá.
Dios transformará tu desierto en un oasis. “En lugar de la zarza crecerá
ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre,
por señal eterna que nunca será raída” (Isaías 55:13). En el contexto del libro
de Ester, Dios salvaría al pueblo por medio de las acciones de una joven cuyo
nombre significa mirto [arrayanes], el mirto es símbolo de paz y acción de
gracias. Dios te está posicionando para traer paz a Su pueblo y para hacer que
Su pueblo le adore. Cuando crean que todo está perdido verán los hechos
poderosos de Dios y le glorificaran. El mensaje profético, la palabra que ha
salido de la boca de Dios, tendrá resultados concretos. Los pensamientos de
Dios están en un plano mucho más elevado que los nuestros. Él está buscando
personas con un corazón dispuesto como lo tenía Daniel para él posicionarlo.
Daniel era un hombre que amaba profundamente a Dios y en los momentos más difíciles
su fe en el Señor le sostuvo. Dios traerá vida y sustento a su pueblo como lo
hizo por medio de José, y traerá liberación y restauración a sus escogidos como
lo hizo por medio de Esdras y Nehemías. Solo debemos dejar que Dios nos
posiciones y dejarnos usar por Dios para realizar la tarea para la que Dios nos
ha designados.
Hegai se fijó en Ester, de entre todas las vírgenes, y vio algo que le
llamó la atención. Ella “le agradó a sus ojos y obtuvo gracia delante de
él”. La palabra “gracia” es la traducción del término hebreo hesed que
bíblicamente se refiere a la fidelidad, amor
y misericordia de Dios, pero aquí en este contexto se refiere a la gracia y
hermosura que Dios le había dado a Ester. Mardoqueo aconsejó a Ester a no
revelar su identidad, es importante notar el respeto y la obediencia de Ester
a su primo y padre adoptivo, en contraste con la falta de respeto y desobediencia
de Vasti al mandato del poderoso rey Asuero [es cierto, que Vasti tenía sus
razones al no querer comparecer ante su marido y el grupo de borrachos los acompañaba].
Mardoqueo dio por sentado que una judía no sería bienvenida como lo
sería una joven natural de Persia. Sólo más adelante se puede conocer por qué mantener
el secreto de su identidad era tan importante. No fue su belleza física la que la hizo pasar
a la historia. Hay otros atributos que se destacan mucho más que su apariencia
física, y que las jóvenes de todos los tiempos debieran ocuparse en cultivar: (1)
Obediencia a sus padres; de la misma manera como Ester obedeció a Mardoqueo. (2)
Responsabilidad social; valor para denunciar las injusticias aun a riesgo de
consecuencias adversas. (3) Amabilidad de carácter; estar dispuesta a ser
enseñada por otros. “Así Ester obtenía gracia
ante los ojos de todos los que la veían” (Ester 2:15). (4) Conocimiento de Dios
y una dependencia total en él. Dios es grande y poderoso y está por encima de
todas las circunstancias. ¡Amén!
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