diciembre 07, 2011

Sobre ti fijaré mis ojos

“Entonces el Espíritu de Dios descendió sobre Azarías ben Oded, quien salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: YHVH está con vosotros mientras vosotros estéis con Él. Si lo buscáis, Él se dejará hallar por vosotros, pero si lo abandonáis, Él os abandonará” (2 Crónicas 15:1-2). Nuestra victoria es la recompensa de nuestra fe en Dios. Si buscamos a Dios aunque las probabilidades de ganar en la batalla parezcan imposibles e inciertas, él nos dará la victoria. Buscar a Dios requiere de un nivel de intensidad superior a lo ordinario y además implica ser diligente en el proceso. En la Biblia, se nos da a conocer el plan y el propósito de Dios. Así como el Señor en su soberanía escogió a Jeremías, lo predestinó, llamó, y santificó, también lo ha hecho contigo; Dios te ha llamado con un propósito. “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jeremías 1:5). Todos los que han recibido a Cristo como su Señor y salvador y tienen al Espíritu Santo morando en ellos, tienen el potencial para convertirse en líderes y realizar el plan de Dios para sus vidas. Dios quiere mostrarnos el camino y darnos a conocer su plan. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8). Dios ha fijado sus ojos sobre ti para hacerte entender y comprender su propósito. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para bien, a los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos; y a los que declaró justos, a éstos también glorificó" (Romanos 8:28-30). El creyente debe ser sensible a la voz del Espíritu Santo. Si no entendemos el plan y el propósito de Dios; comenzaremos a vivir una vida frustrada y completamente aburrida. Lo que le da sentido a nuestra vida es la realización del plan y propósito de Dios en nosotros. A los hombres y mujeres de Dios, él siempre les ha mostrado su propósito para que actúen y caminen en fe. La incredulidad es un impedimento para la concretización del plan y propósito de Dios. Las Escrituras nos muestran como el diablo trabaja para destruir vidas porque Satanás también tiene un plan; él tiene sus propias estrategias.  Nosotros tenemos la mente de Cristo y esto nos permite descubrir los “ardides” de Satanás. Sin embargo, necesitamos ser personas diligentes y actuar con sabiduría para poder lograr nuestras metas en el Señor.  “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos” (Proverbios 16:9). Si Jesús no tiene el control de nuestra vida, podríamos zozobrar con facilidad. Él debe tener el control porque el único que puede dirigir nuestra vida sin tropiezo, es Dios. Es tiempo de buscar a Dios, descubrir su propósito, comenzar a realizar sus planes y caminar hacia la meta. Tu debe tener el plan de Dios bien claro en tu mente y en tu corazón. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:9). Nehemías le dio objetividad a su plan para reconstruir los muros de Jerusalén y para poder animar a los demás con el fin de que ellos también captaran el propósito de Dios. “Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio” (Nehemías 2:17). Jesús sabía lo que quería cuando dijo: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Las metas son los pasos específicos, medibles, factibles, y puestos en un orden cronológico. Organiza y maneja bien tú tiempo para que vea cumplido los deseos de tu corazón. ¡Amén!


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