“Sin profecía (sin visión) el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado” (Proverbios 29:18). La palabra jazon significa una visión profética, sueño, oráculo o revelación. Este sustantivo aparece 35 veces y proviene de la raíz Jazáh que quiere decir “ver, observar, contemplar y percibir”. La visión es en una persona la fuente y la esperanza de vida. Es el más grande de los dones de Dios al ser humano, no es el don de la vista, sino la visión. La vista es una función de los ojos; la visión es una función del corazón. Todo lo que es noble o digno en la tierra, ha sido hecho por un hombre o mujer con una visión. Ningún invento, estadio de desarrollo o logro ha sido realizado sin el poder inspirador de esta misteriosa fuente. Las iglesias nacen y se desarrollan a través de líderes visionarios; con la fuerza creadora de una visión. Los logros sociales, económicos, arquitectónicos, médicos, científicos y políticos, así como todos los avances, son hechos por el poder de una visión. Una iglesia atrapada, sofocada por las tradiciones de sus experiencias pasadas, y sepultada en la tumba de las glorias y triunfos del pasado, está condenada a morir. Se necesita retornar a la vida, a través de la visión de Dios. La visión es la clave para abrir las puertas de lo que fue, de lo que es, y de lo que llegará a ser, pero que todavía no existe. La visión te libera de tus limitaciones y te permite entrar a la libertad del deseo que el Espíritu pone en tu corazón. Es la visión la que hace que lo invisible se haga visible y que lo desconocido se convierta en una posibilidad. El poder de la visión que Dios te ha dado hace que el sufrimiento y desilusión se conviertan en algo que es posible soportar. La visión que Jesús tenía de la gloria le ayudó a soportar la cruz. La visión genera esperanza en medio del desaliento y provee fortaleza en medio de la tribulación. La visión inspira a los deprimidos y motiva a los desanimados. Sin visión, la vida sería solo un ciclo de frustraciones dentro de un remolino de desalientos. La visión es el fundamento del coraje y es el combustible de la persistencia. Así como la fe es el combustible de la esperanza. Las condiciones prevalecientes del mundo bastan para producirnos temor, falta total de esperanza, desconcierto, inseguridad, traumas emocionales y sociales, depresión, desilusión, desánimo y desaliento. La amenaza de un colapso económico, la desintegración social, la decadencia moral, la inestabilidad política, las epidemias, la destrucción étnica y el choque de las civilizaciones demanda un liderazgo que pueda ver más allá; hacia un futuro mejor y que tenga la habilidad de transformar esa visión en una realidad. Salomón, declaró “Donde no hay visión, el pueblo perece” (Proverbios 29:18). Estas palabras han sido referidas y repetidas por millones de personas a través de los años debido a que ellas capturan el significado y la función de la visión individual, corporativa y nacional. La esencia total de esta declaración implica que, donde no existe revelación, la gente se desenfrena, pierde la disciplina personal y todo tipo de control, la visión es la fuente de la disciplina personal y corporativa. Hay muchos que no tienen visión para su vida; otros que tienen una visión, pero se encuentran en medio del fango de la confusión, sin saber qué hacer y aquellos que tienen una visión, pero que la han abandonado debido al desaliento, al desánimo, o alguna forma de fracaso y frustración. Tú naciste para llevar a cabo algo importante, fuiste destinado para marcar la diferencia en tu generación. Tu vida no es un experimento, sino un proyecto de Dios para cumplir un propósito en tu generación. Este propósito es la fuente de tu visión y es lo que le da significado a tu vida. El Espíritu quiere animarte para que creas en tus sueños y para que te conectes con tu visión: Dios está esperando que reacciones. Tu futuro no está delante de ti-se encuentra dentro de ti. Debes ver más allá de tus ojos y debes vivir para realizar aquello que no se ve todavía, Tu visión determina tu destino. No siga viviendo como vasos de barro, porque aunque ere de barro por fuera, ere oro puro por dentro. El oro son tus sueños en Dios; sueños que todavía no se han hechos una realidad, pero que se harán una realidad, este es el propósito de Dios para tu vida, que por alguna razón no se ha realizado. No importa quién eres o en qué país vivas, Dios tienes un propósito contigo, porque cada ser humano nace para un propósito. Dios creó a cada persona con una visión única. Él tiene planes tremendos para ti que nadie más puede llevar a cabo. ¿Cómo puede remover ese barro y descubrir el oro que está dentro de ti; tus sueños, tus talentos? Tu puede ser refinados a través de un proceso que te lleve a descubrir y cumplir la visión de tu vida. Para que el oro puro de tus talentos, que son únicos, llegue a brillar. Cada persona es un líder dentro de su propia visión, ere tú la única persona y nadie más la que puede realizar, nutrir y llegar a cumplir tu visión. Levántate en Dios y deja fluir el poder de la visión que tiene. Hermano ¿Cuál es tu visión? ¿Qué es lo que siempre has deseado hacer? ¿Cuál es el deseo de tu corazón? ¿Cuál es tu sueño? Cuando tú seas capaz de comenzar a ver tu sueño claramente, tú vas a ser capaz de cumplir el propósito de Dios para tu vida. (Los que deseen profundizar sobre este tema, le invito a leer el libro: Los principios y el poder de la visión por Myles Munroe). ¡Amén!
Estamos dedicado al estudio de las Escrituras. Analiza conmigo tema de erudición, teología sistematica y dogmática; teología fundamental, moral y crítica; hermenéutica, homilética, exégesis, lingüística, sociología, psicología pastoral, historia, guerra espiritual, liderazgo y mucho más.¡Únete!
agosto 03, 2011
El poder de una visión
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