septiembre 17, 2014

La llenura del Espíritu Santo

(Efesios 5:18-20)

“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. La embriaguez está asociada con la vida licenciosa, con una conducta disoluta, y con la temeridad de los necios. Siempre vemos la extravagancia y la falta de sobriedad en estas personas. El cristiano, en lugar de emborracharse con vino debe ser lleno del Espíritu. Los Efesios usaban dosis abundantes de vino no sólo para olvidar las preocupaciones y adquirir jovialidad sino también para entrar en comunión [transes] con los dioses, y mediante esta comunión recibir conocimiento extático del mas haya imposible de recibir de otro modo. Tal necedad, que a menudo estaba relacionada con las orgías dionisíacas, es contrastada por el Apóstol con el éxtasis sereno y la dulce comunión del creyente con Cristo, experiencias que él mismo estaba viviendo en el Espíritu. La borrachera no conduce a nada bueno, sino al vicio, ella no os brindará placer legítimo, ni conocimiento útil, ni tranquilidad perfecta. No os ayudará sino que os perjudicará. Deja un amargo sabor y provoca interminables calamidades. Por el contrario, ser llenos del Espíritu nos enriquecerá con los preciados tesoros de gozo permanente, profundo entendimiento, satisfacción interna. El Espíritu aguzará nuestras facultades para que podamos recibir y obedecer la voluntad de Dios. “Por tanto, no seáis insensatos sino entended cual (es) la voluntad del Señor”. Por tanto, “no os embriaguéis con vino, sino sed llenos del Espíritu”.
La palabra "pleroo"  nos da la idea de ser completamente controlados por el Espíritu Santo, es decir, estar bajo su total dominio. Somos controlados por el Espíritu cuando todas las actividades de nuestras vidas están controladas por él. Actividades como: formulación de objetivos personales, familiares y ministeriales, la fijación de estándares mentales y espirituales. Nuestras acciones y presupuestos, la utilización de recursos, la medición de resultados y su verificación, el análisis de desviaciones, y la corrección de nuestro desempeño, todo nuestro proyecto de vida debe estar bajo el control del Espíritu como si se tratara de una empresa. La palabra "pletho" usada en Hechos 2:2 está en el pasivo indicativo y significa "haber sido lleno", como aquellos que estaban en el aposento alto.  En Efesios 5:18, el apóstol Pablo hace una comparación entre el efecto del alcohol y el efecto del Espíritu Santo. A diferencia de los resultados que produce el alcohol, el creyente que es lleno del Espíritu es un creyente  que vive en victoria. Se necesita ser cristiano nacido de nuevo, identificado con Cristo y tener el Espíritu de Dios habitando dentro de nuestra vida para poder ser llenos del Espíritu. La llenura inicial es aquella por la cual se experimenta el Poder del Espíritu Santo por primera vez. Cuando el Espíritu Santo viene con poder sobre una persona este se convierte en un testigo, la persona da testimonio de Jesucristo, quiere hablar de Jesús a todo el mundo. Una persona que ha sido llena del Espíritu Santo, puede volver a ser llena una y otra vez. Esta llenura inicial se hizo evidente en los apóstoles y los que estaban en el aposento alto el día de Pentecostés.
La llenura continua es la llenura que necesitan tener los creyentes para poder vivir una vida victoriosa. No todos los creyentes tienen esta llenura.  Muchos creyentes que recibieron la llenura inicial, no se han preocupado por su vida espiritual y han terminado vacíos. Estos son los creyentes que se quedan siendo niños en la fe, no maduran, ni pasan a un nivel mas alto de vida cristiana y terminan siendo cristianos carnales, que para nada les interesa la vida espiritual. Si usted es o desea ser líder en la iglesia, lo más importante no es el conocimiento que tiene. Lo más importante es que usted sea una persona llena del Espíritu Santo de Dios.  Una persona que está llena del Espíritu es una persona que produce frutos. El apóstol Pablo nos dice "Andad en Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne". Dice la Biblia que Jesús fue "lleno del Espíritu Santo" en el bautismo y después de esto fue tentado en el desierto. Nosotros también seremos tentados, pero somos llamados a vencer con el poder del Espíritu Santo.  La llenura del Espíritu Santo es necesaria para poder discernir las falsas doctrinas. En el tiempo en que vivimos, donde existe tanta confusión, es fácil dejarse engañar, sino contamos con la iluminación del Espíritu Santo.  Es importante poder rechazar el legalismo que se levanta en nuestras congregaciones y en el pueblo cristiano. Nunca faltan aquellos que se oponen a la sana doctrina de la Gracia y se empeñan en subyugar a los creyentes a todo tipo de legalismos y tradiciones de hombres. 
Una persona que es llena del Espíritu puede volver a ser llena del Espíritu. Es algo que nosotros no podemos entender, pero es así. Es lo que muchos llamamos "una unción especial" de parte de Dios. Esta unción especial puede venir para preparar al creyente para una tarea específica o para una situación difícil. Es una forma de preparación especial que Dios le da por medio del poder del Espíritu Santo. Esta llenura del Espíritu Santo puede venir sobre alguna persona para darle denuedo, unción para predicar y exponer la Palabra del Señor.  Para ser líder en la congregación el requisito más importante es ser lleno del Espíritu Santo. Un hombre lleno del Espíritu Santo podrá ser un buen líder en la iglesia.  El líder lleno del Espíritu Santo en su vida diaria tendrá la visión necesaria para guiar las ovejas, tendrá el fruto del Espíritu Santo para cuidarlas y además tendrá la revelación para alimentar las ovejas. El líder lleno del Espíritu Santo tiene autoridad para enfrentar los poderes demoniacos y las situaciones que se puedan derivar de las acciones de Satanás. ¡Amén!

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