noviembre 24, 2014

El espíritu de mentiras

(1 Reyes 22:19-23)

“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”. Una mentira es una expresión contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree. El término suele utilizarse en oposición a lo que se considera como una verdad. La mentira, por lo tanto, es una falsedad. Mentir implica un engaño intencionado y consciente.
Simular y fingir inocencia, es considerado como una mentira, aun cuando la persona no haya dichos o pronunciados palabras. La tolerancia de las gentes con los mentirosos es muy frágil y pequeña; sólo se necesita sorprender a alguien en una mentira para que se le etiquete de mentiroso y se le pierda la confianza para siempre. Siempre es posible salirse de la verdad y del verdadero camino, mintiéndonos a nosotros mismos y cayendo así poco a poco hasta llegar a hacer de nuestra vida una mentira. A sí nos desviamos y alejamos de Cristo. Cuando un espíritu de mentira posee a una persona o ejerce influencia sobre ella, su lengua se convierte en una lengua engañosa. “Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua. No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad’ (Isaías 59:3-4).
La falsedad suele vincularse a la hipocresía que se produce cuando un sujeto finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente posee. La falsedad estaría relacionada a la ausencia de coherencia entre las ideas, las palabras y acciones. “Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día. El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola” (Isaías 9:14-15). Cuando los ancianos pierden su visión espiritual, y en lugar de escuchar a Dios, escuchan a  un espíritu de mentira, todas las estructuras de la sociedad se conmocionan, y el ser humano pierde su valor. “Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan” (Jeremías 14:14).
La traición es provocada por este espíritu, induce a la persona a renegar con dichos o acciones (sean éstos voluntarios o involuntarios), un compromiso de lealtad hacia una idea, asociación, o grupo de pertenencia. “Si alguno andando con espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vino y de sidra; este tal será el profeta de este pueblo” (Miqueas 2:11). Esta actitud define una manera de vivir que contradice la Ley de Dios. Al dejarse guiar por este espíritu de falsedad el pueblo estaba cometiendo alta traición y revelándose contra Dios ante quien deberían ser leales. La falsedad denota la incapacidad del individuo de ser fiel. Es nuestro deber seguir el camino de la verdad, aun cuando esto signifique sufrir como ocurrió con nuestro Señor Jesucristo.
Rechazar la verdad puede ser peligroso, Pablo dice: “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12). Dios va a permitir que este espíritu de mentiras y los poderes y fuerzas del engaño arrastren a los hombres para que crean en la mentira, para que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad. Creer la mentira y no la verdad conduce a los hombres a gozarse en la injusticia. Quienes rechazan a Jesucristo, recibirán con gozo al Anticristo, se dejaran arrastrar por el Falso Profeta, quien los guiará para que adoren a la Bestia y al Dragón, es decir, a Satanás.
Pero a pesar de la apostasía de muchos queda un remanente fiel, que no se ha dejado arrastrar por la corrupción de la doctrina, ni por la superstición ni por la idolatría ni por los que han fomentado el fanatismo religioso. Hoy Se falsifican señales y prodigios, visiones y milagros, pero son señales falsas que sustentan doctrinas falsas; se hacen prodigios mentirosos y  milagros simulados para engañar a la  gente. Tenga cuidado con este espíritu porque es peligroso. ¡Amén!

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