julio 24, 2014

Certeza y Fidelidad


(Oseas 2:19-20)

Dios promete una relación con nosotros caracterizada por su permanencia, sus normas estrictas, trato justo, amor perseverante, ternura, seguridad y una continua revelación de fidelidad. Aunque nosotros no tenemos mérito alguno, Dios nos perdona y nos hace aceptos ante El por medio del Mesías. No existe para nosotros ni la más mínima posibilidad de que por nuestros esfuerzos podamos alcanzar las altas normas de Dios para la vida moral y espiritual, pero debido a su gracia nos acepta, nos perdona y nos lleva a tener una relación con El. En esa relación tenemos comunión con El de manera personal e íntima. Cuando quebrantamos la ley de Dios con plena consciencia de lo que estamos haciendo, nuestros corazones se endurecen y nuestra relación con Dios es quebrantada. La infidelidad espiritual comienza con una desilusión o una insatisfacción, ya sea real o imaginaria.  Tener un sentimiento equivocado de lo que a Dios no le agrada puede hacer que usted se aparte de Él. La infidelidad comienza cuando transferimos el afecto y la devoción que le tenemos a Dios a otras cosas y hay muchos que están haciendo esto.
Los sentimientos de desilusión e insatisfacción son normales y, cuando se resisten, pasarán. Cambiar nuestro afecto y devoción es el primer paso hacia la ceguera espiritual y al pecado. Lo que vemos no es una decisión impulsiva. Sino un proceso de deterioro de nuestra relación con Dios. Esto es peligroso porque no siempre nos damos cuenta de lo que sucede hasta que es demasiado tarde. La mente carnal a menudo crea en nosotros una fantasía y llegamos a creer que el mundo y la carne llenaran el vacío dejado por Dios en nuestros corazones, sin embargo, no es así. Esas fantasías y expectativas son irreales y solo nos llevan a la desilusión.
El significado básico del vocablo hebreo emunah es “certeza” y “fidelidad”. El ser humano puede demostrar “fidelidad” en sus relaciones con el prójimo. David actuaba con justicia y lealtad. Siempre manifestó los atributos y las características de Dios en su propia vida, y estimó la vida de Saúl como algo de gran valor: “Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová”. (1 Samuel 26:23). En términos generales, la persona hacia la que se es “fiel” es a Jehovah nuestro Dios. “Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio de Jehová y para las causas. Y volvieron a Jerusalén. Y les mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con corazón íntegro” (2 Crónicas 19:8-9). Una justicia administrada al amparo del temor de Dios, adquiere una garantía de equidad, de la que carece la justicia humana, justicia en la que Dios está ausente. La iniciativa de Josafat, de poner “jueces en todas las ciudades” y su clara concepción de que la justicia debía ser ejercida bajo el control divino; muestra el grado de su fidelidad a Dios.
El Señor ha manifestado su “fidelidad” para con su pueblo (Deuteronomio 32:4). Todas sus obras revelan su “fidelidad” (Salmos 33:4). Sus mandamientos expresan su “fidelidad” (Salmos 119:86). Todos aquellos que obedecen a Dios están en el camino de la “fidelidad” (Salmos 119:30). El Señor busca a quienes procuran hacer su voluntad de todo corazón. Sus caminos son afirmados y la bendición de Dios reposa sobre ellos (Proverbios 28:20). La certeza de vida abundante se encuentra en la expresión tomada de Habacuc 2:4 “E aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Expresión que se cita en el Nuevo Testamento (Romanos 1:17; Gálatas 3:11).
El vocablo emunah es sinónimo de tsedeq (rectitud, justicia Isaías 11:5) de jesed (misericordia, benignidad Sal. 98:3) y mispat (justicia Jeremías 5:1). Jesed (amor) describe mejor la relación entre Dios y su pueblo; pero emunah también se ajusta. Oseas describe la relación de Dios con Israel en términos de un matrimonio y declara la promesa divina de “fidelidad” (Oseas 2:19-20). En estos versículos, los términos “rectitud”, “juicio”, “derecho” “misericordia”, “lealtad” y “fidelidad” demuestran que los sinónimos de emunah son términos relacionados con el pacto y expresan la “fidelidad” y el “amor” de Dios. La naturaleza de Dios avala la certeza del pacto y las promesas, Él es “fiel”. Los hechos (Proverbios 12:22) y palabras (12:17) del ser humano deben reflejar su relación privilegiada con Dios.

En la relación conyugal la “fidelidad” no es opcional, es obligatoria. Para establecer la relación, se requiere que las dos partes respondan mutuamente con “fidelidad”. Isaías y Jeremías condenan al pueblo por no ser “fiel” a Dios (Jeremías 5:1; Isaías 59:4; Jeremías 7:28; 9:3). La fidelidad se establecerá en la era mesiánica (Isaías 11:5). Las expectativas proféticas se realizaron en Jesucristo cuando sus contemporáneos vieron en él la gracia (jesed) de Dios y la verdad “emunah” (Juan 1:17-18). Es significativo que Juan usara ambos términos lado a lado, tal como se encuentran juntos en el Antiguo Testamento. ¡Amén!

  




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