Dios promete una relación con nosotros caracterizada
por su permanencia, sus normas estrictas, trato justo, amor perseverante,
ternura, seguridad y una continua revelación de fidelidad. Aunque nosotros no
tenemos mérito alguno, Dios nos perdona y nos hace aceptos ante El por medio
del Mesías. No existe para nosotros ni la más mínima posibilidad de que por
nuestros esfuerzos podamos alcanzar las altas normas de Dios para la vida moral
y espiritual, pero debido a su gracia nos acepta, nos perdona y nos lleva a
tener una relación con El. En esa relación tenemos comunión con El de manera
personal e íntima.
Cuando quebrantamos la ley de Dios con plena consciencia
de lo que estamos haciendo, nuestros corazones se endurecen y nuestra relación
con Dios es quebrantada. La infidelidad espiritual comienza con una desilusión o una insatisfacción, ya sea real o
imaginaria. Tener un sentimiento equivocado de lo que a Dios no le agrada puede hacer que
usted se aparte de Él. La infidelidad comienza cuando transferimos el afecto y la devoción que le tenemos a Dios
a otras cosas y hay muchos que están haciendo esto.
Los sentimientos de desilusión e insatisfacción son
normales y, cuando se resisten, pasarán. Cambiar nuestro afecto y
devoción es el primer paso hacia la ceguera espiritual y al pecado. Lo que
vemos no es una decisión impulsiva. Sino un proceso de deterioro de nuestra
relación con Dios. Esto es peligroso porque no siempre nos damos cuenta de lo
que sucede hasta que es demasiado tarde. La mente carnal a menudo crea en
nosotros una fantasía y llegamos a creer que el mundo y la carne llenaran el
vacío dejado por Dios en nuestros corazones, sin embargo, no es así. Esas
fantasías y expectativas son irreales y solo nos llevan a la desilusión.
El
significado básico del vocablo hebreo emunah es “certeza” y “fidelidad”. El ser
humano puede demostrar “fidelidad” en sus relaciones con el prójimo. David
actuaba con justicia y lealtad. Siempre manifestó los atributos y las
características de Dios en su propia vida, y estimó la vida de Saúl como algo
de gran valor: “Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová
te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el
ungido de Jehová”. (1 Samuel 26:23). En términos generales, la persona hacia la
que se es “fiel” es a Jehovah nuestro Dios. “Puso también Josafat en Jerusalén
a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel,
para el juicio de Jehová y para las causas. Y volvieron a Jerusalén. Y les
mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con
corazón íntegro” (2 Crónicas 19:8-9). Una justicia administrada al amparo del temor de Dios, adquiere una
garantía de equidad, de la que carece la justicia humana, justicia en la que
Dios está ausente. La iniciativa de Josafat, de poner “jueces en todas las
ciudades” y su clara concepción de que la justicia debía ser ejercida bajo el
control divino; muestra el grado de su fidelidad a Dios.
El Señor ha manifestado su “fidelidad”
para con su pueblo (Deuteronomio 32:4). Todas sus obras
revelan su “fidelidad” (Salmos 33:4). Sus mandamientos expresan su “fidelidad”
(Salmos 119:86). Todos aquellos que obedecen a Dios están en el
camino de la “fidelidad” (Salmos 119:30). El Señor busca a quienes procuran
hacer su voluntad de todo corazón. Sus caminos son afirmados y la bendición de
Dios reposa sobre ellos (Proverbios 28:20). La certeza de vida abundante se
encuentra en la expresión tomada de Habacuc 2:4 “E aquí que aquel cuya alma no
es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Expresión que se cita
en el Nuevo Testamento (Romanos 1:17; Gálatas 3:11).
El vocablo emunah es sinónimo de tsedeq (rectitud, justicia Isaías 11:5)
de jesed (misericordia, benignidad Sal. 98:3) y mispat (justicia Jeremías 5:1).
Jesed (amor) describe mejor la relación entre Dios y su pueblo; pero emunah
también se ajusta. Oseas describe la relación de Dios con Israel en términos de
un matrimonio y declara la promesa divina de “fidelidad” (Oseas 2:19-20). En
estos versículos, los términos “rectitud”, “juicio”, “derecho” “misericordia”,
“lealtad” y “fidelidad” demuestran que los sinónimos de emunah son términos
relacionados con el pacto y expresan la “fidelidad” y el “amor” de Dios. La
naturaleza de Dios avala la certeza del pacto y las promesas, Él es “fiel”. Los
hechos (Proverbios 12:22) y palabras (12:17) del ser humano deben reflejar su
relación privilegiada con Dios.
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