agosto 29, 2011

El error de Balaam

“Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es” (Números 22:12). Balac y su pueblo creían en el poder de los hechiceros y en sus encantamientos. La nigromancia, la magia negra, la posesión demoníaca son compañeras inseparables de la idolatría. Balac tenía el propósito de destruir a Israel, pero no podía hacerlo con su propia fuerza.  Este rey había oído de los poderes de Balaam y envió una delegación a buscarlo. Balaam fue originalmente un verdadero profeta de Dios que pervirtió sus dones debido a su codicia. Dominado por su codicia comenzó a juzgar con fuego. “Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?” Dios conocía a estos hombres y sabía todo acerca de ellos. Dios le hizo esta pregunta aclaratoria con el propósito de que Balaam comprendiera los peligros a los que se exponía al seguir el camino de la codicia. Balaam conocía cuál era su deber, aunque sabía que sus maldiciones no dañarían a la nación de Israel; su ambición por la recompensa, le hacía continuar insistiendo. Ningún hombre puede convertir la bendición de Dios en maldición. La bendición de Dios es irrevocable.  Balaam omitió informar a los mensajeros de Balac que los hijos de Israel eran benditos. “Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros”. Balac entendía que la poca disposición de Balaam se debía al deseo de un mayor reconocimiento y recompensa. La avaricia era el pecado que acosaba balaam. Él sabía que no podría ignorar las palabras de Dios, Balaam sabía que Dios podía controlar sus acciones. El Señor permitió que el profeta hiciera lo que estaba determinado a hacer. Balaam no estaba buscando sinceramente la voluntad de Dios pues ya sabía cuál era. Estaba determinado hacer su propia voluntad, y para ello se cubrió con una máscara de falsedad. Finalmente Dios le concedió seguir los deseos de su concupiscencia pero esto no significa que Dios aprobó los impulsos malvados de su corazón. Su codicia por la riqueza que le ofrecía el rey de Moab lo cegó tanto que no pudo ver que Dios estaba tratando de detenerlo. Cuando un hombre es rebelde de corazón, Dios le permite seguir sus deseos, sin embargo la persona deberá sufrir las consecuencias. Balaam estaba emprendiendo un viaje motivado por su terquedad y que no estaba en armonía con la voluntad de Dios. El espíritu que controlaba a Balaam se manifestó plenamente en su conducta por eso Dios se le paró en el camino como su enemigo. La obediencia es una virtud a la vista de Dios. La obediencia a Dios es un concepto suficientemente amplio como para incluir la totalidad de la religión y la moralidad bíblicas. La Biblia es insistente en el hecho de que los actos externos y aislados de homenaje a Dios no pueden sustituir la falta de obediencia consecuente en el corazón y en la conducta. La obediencia cristiana significa imitar a Dios en santidad, y a Cristo en humildad y amor. La obediencia nace de una gratitud sincera por la gracia que hemos recibidos de Dios, no nace del deseo de obtener mérito ni de justificarse así mismo delante de Dios. La obediencia a la autoridad divinamente establecida en la familia, en la iglesia, y en el estado, es parte de la obediencia del cristiano a Dios. “Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses” (Números 25:1). La Biblia no menciona cómo los hombres israelitas se involucraron con la inmoralidad sexual. Al principio no pensaron en adorar a los ídolos, sino en tener relaciones sexuales. Pero no pasó mucho tiempo sin que comenzaran a asistir a las fiestas y a las celebraciones que incluían  adoración a los ídolos. Su deseo de diversión y placer los llevó a faltar a su compromiso espiritual y a desobedecer a Dios. Esta combinación de pecado sexual e idolatría, como después se supo, fue idea de Balaam, el mismo Balaam que acababa de bendecir a Israel y que parecía estar de su lado. No fue sino hasta que este hombre le ocasionó un gran daño a los israelitas que se dieron cuenta de que era un hombre lleno de avaricia que utilizaba la hechicería y  las prácticas de las religiones paganas. ¿Cuando nos daremos cuentas de que una multitud de falsos profetas han salidos llenos de avaricias para engañar y hacer pecar al pueblo de Dios? ¡Amén!
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